Transcurrió un año desde aquel día en el que unimos nuestros nombres en un "nosotros".
Ese año en el que paso y senti todo.
Meses desde aquel prometedor comienzo.
Días y semanas que parecen nunca desaparecer desde aquel ambiguo final.
Otro invierno llega para instalarse en mi retina, recordando los días, las tardes y las noches compartidas.
La rutina me distrae. Las tareas y el estudio mantienen mi cabeza por momentos ocupada.
Pero pareciera que mis pensamientos no me dan tregua alguna, haciendome poner play a los recuerdos teñidos con tu nombre, esos que con tanto esfuerzo intento no sacar a la luz.
Amanezco, viajo, escucho, pienso.
Tu presencia me invade a todo momento.
Camino a diario bajo heladas temperaturas y el viento no hace mas que susurrarme al oído las palabras claves que disparan mis mas profundos sentimientos.
Amor, odio, incertidumbre, indignación.
Ajena me siento, como si fuera totalmente dispensable para él.
Indignada por seguir llorando por lo que alguna vez sentí.
Tonta por embriagarme de nostalgia.
Enojada por negar la realidad, viviendo sobre ecos que nublan mi verdad.
Por qué sera que el hombre y la mujer son capaces de sentir tanto amor y tanta soledad en un mismo corazón....
A ver señores, yo se que algún día me voy a topar con un switch que me va a ofrecer la bandera blanca.
Pero yo me pregunto,
¿Faltará mucho para ese dìa?
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