Poniéndome al día con algún que otro blog amigo, me tope con un concepto que resulto de maravillas para mis pensamientos del día de hoy.
"Relación de Rebote" decía este popular escritor, y explicaba:
Una Relación de Rebote es la que comienza poco después de la ruptura de una relación sentimental importante. Bien, lamento comunicarles, estas relaciones están destinadas al fracaso.
Una persona en el rebote, pasa a una nueva relación, sin tomarse el tiempo para sanar el fracaso de su relación anterior. El “rebote” es -sin dudas- una distracción al dolor anterior y una solución rápida para la autoestima dañada.
Lo bueno de estar en “relaciones de rebote” es que uno elabora cierto duelo con respecto a la primera relación, a la originaria, y poco a poco se va recuperando. Es ahí cuando uno comienza a ver esa relación original como una perdida de tiempo.
Leía y releía y resulta que eso fue exactamente lo que me paso a mí.
Después de terminada por primera vez (aquella primera vez) la historia entre Ella y El, pase a varias nuevas relaciones, elaborando de a poco el duelo necesario para seguir adelante y sobrevivir a mi autoestima ya demasiado dañada.
Mr. Lawyer, JC, El de cabello rubio enmarañado y El Guitarrista.
Uno por uno fueron compartiendo por un rato mi camino para luego irse en determinado momento, por el mismo lugar por donde vinieron.
Pensándolo un poco, siempre supe que con ellos no funcionaría, pero cada uno tuvo algo que los hizo entrar en mi rumbo.
La edad, la profesión, la caballerosidad, una personalidad avallasante, ideologías, la bondad, el romanticismo, el carácter, una voz privilegiada y perfecta para cantar al oído de otro o un par de ojos azules como el cielo.
Pero claro, todas estas maravillosas características estaban repartidas entre varios y la inconformidad, la falta de compromiso, la edad, los enojos sin sentido, el egocentrismo o la falta de madurez, fueron las cosas que los hicieron irse
Todos tuvieron algo que los hizo venir y algo que los hizo irse.
Pero claro, el tiempo pasa y una se pone exquisita e inconformista vió.
Y una empieza a querer y pretender cosas que no siempre se pueden conseguir.
¿Un hombre con las ideas bien puestas y con sus objetivos respecto a una relación claros, es mucho pedir?
¿Un hombre que sepa conquistar con imaginación y no con frases baratas, que te coma con la mirada y que sepa que hacer y decir en los momentos justos, sin ser preso de una personalidad narcisista y poco elaborada, realmente es mucho pedir?
Bueno, si...quizas sea mucho pedir.
Pero como mujer entera y completa que mi amiga del alma dice que soy, es lo que deseo.
Y no soy la única.
Quiero y Pretendo.
Y no deseo cosas fáciles, sino grandes cosas. Objetivos ambiciosos, fuera de mi alcance.
Porque aguantar desplantes del otro genero solo por estar acompañada no es lo correcto.
Y conformarse con poco cuando se sabe que se puede aspirar a mas tampoco esta bien.
Desear es un privilegio que deberíamos aprovechar.
Y debemos desear al máximo aunque a veces sepamos que quizas estamos pidiendo demasiado.
Porque aunque en ocasiones nuestros deseos se vean imposibles, no hay que darnos por vencidos ante la insistencia,
No hay que darnos por vencidos porque simplemente a veces, y así de fácil, nuestros deseos...
se hacen realidad.
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